Dicen los historiadores que la historia la escriben los ganadores o en su caso sus aduladores. Tenemos que decir en cualquier caso que no nos sentimos ni ganadores pero mucho menos perdedores, pero es bien cierto que nuestro grupo político fue la fuerza más votada en las pasadas elecciones y tenemos un compromiso con la gente que confió en nuestro proyecto político y nos depositó su confianza. También es cierto, que desde hace bastante tiempo, ahora más después de los sucesos de Marbella, se viene reclamando con insistencia una reforma de la Ley Electoral General para dar más estabilidad a los gobiernos municipales. También se reclama con insistencia, nuestro partido viene trabajando últimamente en ello, en la llamada segunda descentralización del Estado o mejor en una Ley de Financiación Local que defina competencias claras a los municipios y su correspondiente dotación presupuestaria. Nunca se puede ser autónomo o independiente si se depende económicamente de otro.
Nuestro proyecto político no nació ayer, ni tampoco seis meses antes de las pasadas elecciones no. El proyecto de desarrollo de nuestro municipio nació hace dos legislaturas, todavía el siglo pasado, cuando aquella Corporación Municipal decidió encargar a un equipo técnico la redacción de un Plan General de Ordenación Urbana que a su vez y en la misma tramitación llevase la ordenación pormenorizada de un Programa de Actuación Integrada de desarrollo del suelo industrial previsto en el planeamiento. Tan solo la elaboración del Plan llevó casi dos años al equipo de redactores, su exposición pública, los anuncios oficiales más la resolución de las alegaciones presentadas, que fueron muchas se llevaron otro año. Nos encontrábamos ya en la pasada legislatura, finales de 1999 principios del 2000 y aprobadas y resueltas las alegaciones provisionalmente por el Pleno del Ayuntamiento correspondía iniciar los trámites para su aprobación definitiva por la Consellería de Territorio, ya que los instrumentos de planeamiento como el PGOU no pueden ser aprobados por el Ayuntamiento. Aquí comenzó el peregrinaje del proyecto por todas y cada una de las Consellerias para que dieran su visto bueno y nos hicieran propuestas de modificación oportunas, otro año largo. Las correspondientes rectificaciones previas a la aprobación definitiva y su publicación nos llevaron al 28 de diciembre de 2001. Ya estaba aprobado definitivamente el PGOU de Beniarrés y el Programa para desarrollar el suelo industrial.
Nuestro proyecto político no nació ayer, ni tampoco seis meses antes de las pasadas elecciones no. El proyecto de desarrollo de nuestro municipio nació hace dos legislaturas, todavía el siglo pasado, cuando aquella Corporación Municipal decidió encargar a un equipo técnico la redacción de un Plan General de Ordenación Urbana que a su vez y en la misma tramitación llevase la ordenación pormenorizada de un Programa de Actuación Integrada de desarrollo del suelo industrial previsto en el planeamiento. Tan solo la elaboración del Plan llevó casi dos años al equipo de redactores, su exposición pública, los anuncios oficiales más la resolución de las alegaciones presentadas, que fueron muchas se llevaron otro año. Nos encontrábamos ya en la pasada legislatura, finales de 1999 principios del 2000 y aprobadas y resueltas las alegaciones provisionalmente por el Pleno del Ayuntamiento correspondía iniciar los trámites para su aprobación definitiva por la Consellería de Territorio, ya que los instrumentos de planeamiento como el PGOU no pueden ser aprobados por el Ayuntamiento. Aquí comenzó el peregrinaje del proyecto por todas y cada una de las Consellerias para que dieran su visto bueno y nos hicieran propuestas de modificación oportunas, otro año largo. Las correspondientes rectificaciones previas a la aprobación definitiva y su publicación nos llevaron al 28 de diciembre de 2001. Ya estaba aprobado definitivamente el PGOU de Beniarrés y el Programa para desarrollar el suelo industrial.
Para poder desarrollar el suelo industrial se tramitó inmediatamente la obtención de la correspondiente Cédula de Urbanización que corresponder otorgar a la Comisión Territorial de Urbanismo. Empezaron a aparecer errores en las fichas de planeamiento con mediciones incorrectas etc. La empresa que había realizado el proyecto nunca quiso asumir su error. Se contrató un nuevo gabinete asesor y se continuó con los trabajos. Rectificados los errores y hechas las oportunas correcciones se obtuvo la Cédula de Urbanización en octubre de 2003. Ya solamente quedaba licitar el proyecto y como ven no se había hecho en un día como alguien de manera torticera quiere hacer creer a no se quien. Sin embargo la sorpresa más grande aguardaba pacientemente a que se consumase el pacto (que todavía no conocemos ni conocen los vecinos de Beniarrés) que nos llevó a la salida del gobierno municipal. En mayo de 2004 se nos convoca a una reunión informal en el Ayuntamiento y nos encontramos con personas ligadas al equipo redactor del Plan General que en ese momento son ajenas al Ayuntamiento y sin ningún tipo de relación contractual y se nos dice por el Alcalde que vienen a ayudarnos de manera desinteresada. Evidentemente no nos quedamos, primero por no convocar una reunión legal (con luz y taquígrafos) y segundo porque no nos creímos nada de lo dicho por el Alcalde, como así nos lo ha confirmado el tiempo (ese juez implacable que pone a todos en su sitio). Evidentemente no habían venido de manera desinteresada, pues dos meses después firmaron un contrato de dirección de obra que les ha reportado suculentos honorarios.
Contada esta resumida historia y por si a alguien le queda algún asomo de duda respecto al tema puede hacer sus comprobaciones al respecto en la documentación oficial que obra en el registro del propio Ayuntamiento y que el Partido Popular trata de esconder, ya que ni siquiera expone los acuerdos en el tablón de anuncios. Lo demás son intentos de confundir, cuando no, engañar a los ciudadanos.
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