Opinión En defensa propia
JAVIER LLOPIS
Los habitantes de los pequeños núcleos rurales de las comarcas de l'Alcoià, El Comtat y la Marina nos han dictado una lección magistral de política en estas elecciones municipales. En todas aquellas localidades en las que se anunciaba algún proyecto de macrourbanización, el partido del gobierno (independientemente de su color) ha sufrido un serio voto de castigo y se ha visto relegado a la oposición. Los pueblos han hablado y han hablado claro: no quieren que sus sierras se pueblen de chalés, por muchas promesas de prosperidad que les hagan los políticos, ni por muchas presiones que desencadenen determinados ayuntamientos, que parecen más empeñados en defender los intereses de las constructoras que los de sus vecinos.
En el fondo de estos resultados electorales, que han frustrado más de un sueño millonario, aparece toda una declaración de principios: los habitantes de los pueblos pequeños no están dispuestos a renunciar a su sistema de vida, a cambio de un plato de lentejas en forma de urbanización llena de turistas ingleses. En estas zonas rurales se ha votado en defensa propia, para evitar que algunos espabilados arrasaran un mundo, que ha sabido resistir la desaparición de la agricultura y el olvido de todas las administraciones públicas. A partir de la noche del 27-M, cualquier alcalde que sienta la tentación del ladrillo, se lo pensará dos veces antes de llenar el término municipal de adosados.
Esa es una buena noticia para todas aquellas personas que creen que las montañas de l'Alcoià y El Comtat no deben convertirse en uno de esos paisajes costeros, en los que los chalés llenan hasta el último hueco de las pinadas. De forma simultánea, queda borrada la visión tópica de los pueblos como un almacén de votantes conformistas y sin capacidad de movilización.
Los resultados de las elecciones municipales dejan diametralmente claro que cuando alguien les toca algo importante, los habitantes de las zonas rurales reaccionan con rotundidad y ponen a cada uno en su sitio. Más de una ciudad grande debería aprender de este comportamiento.
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